UNA SOBERBIA CLASE DE INTERPRETACIÓN EN LA UC.
Como parte de la Temporada de Conciertos del Instituto de Música UC. que se lleva a efecto, en el nuevo Auditorio del Campus Oriente, se presentó como estreno en Chile, la versión para voz y piano, del ciclo llamado “El Cuerno mágico de la Juventud” de Gustav Mahler, que fue interpretado por la soprano Claudia Pereira, el barítono Patricio Sabaté y la pianista Eun Seong Hung, todos docentes del Instituto de Música.
Existe casi consenso, en que la obra de Mahler, está atravesada por la “palabra”, ya sea en forma explícita, o implícita, y a pesar que no todas sus obras poseen textos, el mismo compositor, las denominó algunas con nombres que señalan el sentido, que quiso darles.
Y no solo eso, pues muchos de estos nombres, nos señalan, los caminos que el inquieto Mahler, transitaba en su constante búsqueda espiritual, tanto es así, que algunas de ellas, son casi un manifiesto, en este sentido; pero, quedémonos en las fuentes externas, que sirvieron de inspiración para sus obras. Estas son leyendas y poemas tanto alemanas como europeas, o utilizando textos de insignes literatos.
Claudia Pereira, en plena interpretación de los lieder. foto Carlos Arriagada
En el caso de la obra que comentamos, se trata de una colección de poemas, de carácter cercano al folclor, que en algunos casos se transformaron, en canciones de carácter popular, Mahler, toma estos textos y a veces, sus melodías, transformándolos para darles nueva vida. Los temas que tratan, son muchos y diversos, desde lo bucólico, a lo sentimental, como desde lo mágico misterioso, a lo heroico, o bien de lo religioso a lo profano, o simplemente la vida cotidiana.
Hay algunas sarcásticas y algo humorísticas, y en contraste, otras rozan lo sublime, por ello, interpretar el Cuerno mágico de la Juventud, es una tarea de carácter superior, que obliga a un profundo estudio de sus textos, y establecer su precisa relación con la música.
Patricio Sabaté, cantando uno de los lieder del ciclo, foto Carlos Arriagada
En el caso de esta obra, además considerar, el tratamiento que deba darse, según sea, la versión con orquesta, o solo con piano y voces.
Las consideraciones anteriores, las creemos necesarias, para comprender el porqué, no dudamos en considerar esta versión, como una verdadera clase magistral de interpretación, pues en ella, afloró, lo mejor del significado de la música de cámara, con toda la sutileza que requiere una obra como esta.
Claudia Pereira y Patricio Sabaté, son grandes profesionales, con vasta experiencia, de reconocida musicalidad y hermosas voces, además, siempre han demostrado que abordan los repertorio, luego de un acucioso estudio, por ello las expectativas en torno a este estreno, eran muy grandes.
Y con la mayor satisfacción podemos asegurar, que las superaron ampliamente, para ello contaron con la “complicidad” de la estupenda pianista Eun Seong Hung, de quien solo podríamos objetar, que su entusiasmo, le hizo en algunos momentos, tomar demasiado protagonismo en volumen, pero siempre en estilo y musicalidad.
- Las canciones que enfrentó Claudia Pereira, respondieron en general, más a lo espiritual y lo íntimo, pero, en aquellas irónicas, afloró toda su gracia musical. Su manejo vocal, fue exquisito, logrando increíbles pianissimo, como en “Luz primordial” con que finalizó el recital, que dejó suspendido al público, antes en, “La vida celestial”, había encantado, con los contrastes dinámicos y de carácter, que exige, este lied, el que Mahler incluyó como número final de su cuarta sinfonía. Tal vez, se extrañe la sonoridad del acompañamiento, puesto que, en la sinfonía el compositor utiliza una gran gama de texturas y timbres, pero el inteligente manejo de la pianista, suplió perfectamente, esa “ausencia” instrumental.
- Patricio Sabaté, Eung Seong Hung y Claudia Pereira, foto Carlos Arriagada
A Patricio Sabaté, le correspondieron, en general, las canciones más extrovertidas, algunas de las cuales, recogen melodías militares, a las que Mahler, recurrió con frecuencia insertándolas a veces abruptamente en sus sinfonías, como recuerdo de las que escuchaba cuando niño.
Sabaté, con algo de histrionismo las asumió, en perfecta sintonía con los textos, y a veces jugando con el volumen, como en sus “tralalá” de su primera canción “Revelación”, que fue premonitoria, de lo que vendría. Con inteligencia asumió, tanto lo forte, como los piano, para acentuar el carácter de cada una de ellas, donde expuso desde la pícara ironía, al temor, valentía y arrojo, en un sin fin de emociones .
Largo sería la descripción de todas las canciones, solo queremos manifestar, que este estreno, del “Cuerno mágico de la Juventud”, fue una verdadera clase magistral de interpretación, de parte de cada uno de los intérpretes. Un verdadero lujo.
Gilberto Ponce (CCA)