DON PASQUALE INTERNACIONAL.

UN GRIS DON PASQUALE EN EL MUNICIPAL.

Con una cierta sensación de insatisfacción, se retiró una buena parte del público, que asistió al estreno de la ópera “Don Pasquale” de Gaetano Donizetti, que continuó la Temporada 2011.

La razón estriba, en que a pesar, de tener un elenco en general bastante parejo, y de contar con una muy buena caracterización de Alessandro Corbelli para el rol protagónico, sumada una estupenda Norina, cantada por Laura Giordano; a la ópera le faltó un ingrediente fundamental, que es propio de la ópera bufa, y muy en particular de esta; la chispa y gracia que envuelve las diversas situaciones.

Alessandro Corbelli como Don Pasquale. foto T. Municipal

Todo resultó forzado, recayendo la comicidad y fina ironía, más bien en la lectura de los sobretítulos, que en la actuación de los cantantes.

Se agrega una escenografía excesivamente minimalista, un vestuario e iluminación con pocos contrastes, que tiende a realzar los grises; la gracia argumental se diluye en este ambiente, más propio de un drama existencial; incluso la reacción del público, que al inicio fue entusiasta, se fue perdiendo, al no ser capturado, por el genial enredo que plantea el libreto.

Antonello Allemandi. foto teatroverdi

La dirección orquestal de Antonello Allemandi, irregular, no logró obtener de la orquesta un sonido brillante, produciéndose en varias ocasiones desajustes con los cantantes y el coro, pero en lo fundamental, su versión fue plana, con poco cuidado en el balance sonoro con los cantantes, quienes, en demasiadas ocasiones fueron sobrepasados por la orquesta, aunque en el caso de la soprano, el problema no existió, su volumen se sobrepuso naturalmente.

El comienzo de la obertura, fue dudoso en tempo y afinación, luego en el desarrollo mejoró, aunque le faltó unidad, pero el rendimiento se elevó en la segunda parte, redundando en el resultado total.

La escenografía (Giorgio Ricchelli) consiste en casi toda la obra, en una serie de marcos de puertas, que giran, para insinuar nuevos ambientes, no obstante al mantenerse el mismo color gris, el efecto se pierde.

La régie (Fabio Sparvoli), pidió a los personajes circular permanentemente por aquellas puertas, sin provocar efecto alguno. Los elementos introducidos o removidos por los simpáticos sirvientes, entregan variedad, anulado en parte, con los colores blancos o grises de su vestuario.

Pasquale y Ernesto. foto T. Municipal

En la escena final, al recrear el jardín -también blanco y gris-, le otorga variedad a esa parte, pero el tamaño de las plantas, impide ver adecuadamente la acción desde la platea.

El vestuario (Patricia Toffolutti), es hermoso, aunque también privilegia blancos y grises, salvo en Norina, que agrega más colores y en Malatesta de traje oscuro.

Tal vez la combinación, habría resultado mejor, con una iluminación (José Luis Fiorruccio) que provocara, los necesarios contrastes, pero eso no ocurrió, a excepción de la escena donde Pasquale, recibe la feroz cachetada de Norina, en la que todo se oscurece.

Alessandro Corbelli, es un verdadero icono en el mundo de la ópera, no obstante en esta oportunidad, rescatamos su caracterización, pues en lo vocal se le vio, al menos en esta función, disminuido, su gran triunfo, fue el endemoniado dúo con Malatesta, que se convirtió en uno de los aciertos de la función.

Pasquale y Malatesta. foto T. Municipal

Laura Giordano, fue la gran triunfadora –se llevó una enorme ovación al final- con gran voz, muy timbrada, simpática actuación, realzada por su hermosa figura.

Laura Giordano. foto keyaki

Clave en la comedia, es la figura del Doctor Malatesta, que cantó Bruno Taddia, su timbre, que cuesta identificar y con escaso volumen, y actuación tan estereotipada, sin malicia no logrando convencer, aunque se rehabilitó plenamente, en el trabalenguas con Don Pascuale, de gran perfección.

El tenor Juan Francisco Gatell, encarnó a Ernesto, su voz parece ser la de un tenor ligero, con exceso de vibrato en ciertas partes, su volumen es mínimo, incluso en la “serenata” fue casi inaudible, su actuación es plana, no sabemos si debido a la régie, pero no logró perfilar su rol.

Simpático y gran chispa, fue el notario a cargo de Gonzalo Araya, que demostró grandes condiciones de comediante.

El Coro del Teatro Municipal (Jorge Klastornick) excelente en cada una de sus breves intervenciones, de gran musicalidad y manejo de los contrastes dinámicos.

Gilberto Ponce (CCA)

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