CHUDOVSKY ARROLLADOR CON LA FILARMÓNICA.
En una de decisión afortunada para la música en nuestro país, se ha designado como director titular de la Orquesta Filarmónica de Santiago, al talentoso Konstantin Chudovsky, quien hasta el momento, solo ha cosechado elogios en cada una de sus presentaciones.
El segundo programa de la Temporada 2013 de la orquesta del Teatro Municipal, fue propicio para aquilatar las bondades del joven director ruso, en un repertorio que va más allá de lo operático o sinfónico coral, pudiéndose observar como conduce las sutilezas y contrastes de obras clásico-románticas, sobre todo considerando que su gesticulación pareciera indicar que lo grandioso es su campo; en contrario la jornada sirvió para confirmar que se trata de una gran director, que se mueve con soltura por los más variados estilos.
La evidente adhesión que ha logrado de sus dirigidos, se trasluce en la actitud en el escenario, tal como si fueran cómplices en la labor de conseguir los mejores resultados, lo que llevará sin duda a la orquesta, a un lugar de privilegio en el campo musical americano; pensamos que Chudovsky desarrolla un trabajo de fuerte contenido pedagógico, a juzgar por su resultados.
El programa se abrió con una de las más potentes oberturas de Ludwig van Beethoven, la famosa y muy interpretada Leonora Nº 3, Op. 72b, una de las varias que el autor escribiera para su única ópera Fidelio, cuyo tema ensalza el amor conyugal, hermosa partitura que lamentablemente no se estrenado en nuestro país.
Chudovsky enfatiza los elementos programáticos, realzando los aspectos dramáticos contrastantes, incluido el expresivo solo de trompeta desde fuera del escenario; su manejo de los conceptos dinámicos, así como el bellísimo sonido de la orquesta, fueron la tónica de la versión, que fue recibida con una enorme ovación.
Luego se hizo justicia total a una de las obras más originales de Franz Joseph Haydn, su Sinfonía Nº 45 en Fa sostenido menor, conocida como “De los adioses” en la que su autor mezcla la fina ironía, con una protesta de carácter laboral, cuando al final de ella, los músicos fueron apagando las velas de sus atriles, mientras se retiraban; gesto comprendido por el Príncipe Esterházy, quien accedió a la petición de sus músicos.
De la versión señalemos su transparencia y severidad clásica, así como de carácter, en que los contrastes jugaron papel de gran importancia; Chudovsky plantea la sección central del primer movimiento, un poco más lenta, acentuando el contraste.
El segundo, fue elegante y de enorme claridad en los diálogos melódicos; además de señalar el bello sonido general, destacaremos al oboe, de expresivo rendimiento.
Jubiloso y bastante lúdico fue el Minuetto, aquí los cornos realizaron una espléndida labor, el abrupto final, fue otro de los grandes aciertos.
Los contrastes dinámicos caracterizaron el movimiento final que se divide en dos partes, una rápida y la conclusión lenta, la primera fue transparente y expresiva, mientras que en la sección lenta, que plantea la protesta, se acentuó un carácter más oscuro, que explota, cuando de a uno o en parejas, los músicos en medio de evidentes protestas, comienzan a abandonar el escenario, a la sorpresa inicial de muchos espectadores, vino la gozosa comprensión, saludada hasta con carcajadas, ante esta verdadera régie, de Chudovsky con sus músicos; el humor fino de Haydn había triunfado.
Cerraron con la Sinfonía Nº 4 en La mayor, Op. 90, llamada Italiana de Felix Mendelssohn, obra llena de timbres y colores que no elude los elementos descriptivos, no olvidemos que su autor plasma sus impresiones luego de un viaje a Italia.
La versión captó muy bien el carácter impreso por Mendelssohn, contratando luz y el misterio de algunas celebraciones; bellísimo y sugerente el Andante, por solo mencionar uno de los tantos aciertos.
Los diálogos, contrastes, articulaciones, fraseos y estupendo manejo del balance sonoro, le otorgaron una frescura expresiva que la convirtió en un goce de escuchar.
Noche de triunfo para la Filarmónica y su director Konstantin Chudovsky.
Gilberto Ponce. (CCA)