LA FUERZA DEL DESTINO ESTELAR.
Asistimos a la segunda función del elenco Estelar de la ópera de Giuseppe Verdi La Fuerza del Destino, ante un Municipal colmado de espectadores, que al final de la función aplaudieron larga y entusiastamente, y en verdad tenía razón fue una estupenda función, en la que pudimos apreciar en profundidad el trabajo de la puesta en escena, de una coherencia enorme, sin arbitrariedades manteniendo tanto el drama como la comedia que exige el trabajo de Verdi.
Una vez más destacó el impecable trabajo de la régie, en el movimiento de los coros, ballet y figurantes, que resolvió eficazmente lo que con facilidad se puede transformar en caótico, algo nada fácil pues ellos interactúan con los protagonistas y también entre ellos, sin duda este fue un triunfo mayor de Stefano Vizioli. Ya habíamos destacado el notable trabajo de Nicolás Boni, Monse Catalá y Ricardo Castro en escenografía, vestuario e iluminación, por ello no repetiremos los conceptos expuestos para la versión Internacional.
En el aspecto musical, es redundante, pero debe decirse, el extraordinario desempeño del Coro del Municipal de Santiago que dirige Jorge Klastornick.
La Orquesta Filarmónica de Santiago fue dirigida en esta oportunidad por su director residente Pedro Pablo Prudencio, manteniendo el bello sonido instrumental, acompañando cuidadosamente a los cantantes y coros, y creemos que algunas partes llevadas un poco más lento, fue buscando intencionalidad expresiva, así mismo y no es menor el que haya hecho dialogar a la orquesta con los cantantes, exponiendo con mayor claridad tanto los leit motiv como las respuestas a frases de solistas tanto como del coro. Esto nos pareció, acentuó la expresividad dramática de la ópera. Fue otro junto a la orquesta, los que recibieron una ovación de parte del público.
El numeroso elenco fue encabezado por la soprano armenia Lilit Soghomonyan, cuya voz sin ser particularmente grande es adecuada para el rol de Leonora, su registro medio es poderoso y aunque sus agudos no siempre le son cómodos, los logra; su principal virtud está en su actuación, con ella conmovió a los espectadores: la dualidad en que debe transitar, con su amor por Álvaro, tanto como su deseo de vengarse, los evidenció con fuerza.
El tenor mexicano Héctor Sandoval, fue Don Álvaro, quien sin poseer una gran voz, alcanza toda la tesitura cómodamente, y muy importante es el hecho que su timbre es parejo, no cambia de color según la altura en que le corresponde cantar, y si a ello agregamos que posee una actuación natural, convenció en el papel del sufrido personaje que mata casualmente al padre de su enamorada Leonora, para luego buscar redención en la religión, y de paso batirse a duelo (algo que no desea) con el hermano de esta, quien solo busca vengar a su padre, para finalmente en un duelo matarlo.
Don Carlo el vengativo hermano de Leonora, lo cantó el barítono mexicano Ricardo López, si bien es musical, su voz es demasiado pequeña, esto significó que en algunas ocasiones se escuchara con dificultad, y en actuación debe todavía dar pasos significativos, ya que solo en algunas escenas esta es natural.
El bajo ucraniano Taras Berezhansky fue uno los cantantes más ovacionados, las razones; una poderosa y bellísima voz, tiene enorme musicalidad y convincente actuación, creemos que sería una gran noticia saber que volvería al escenario del Municipal, su Padre Guardiano fue de prestancia inolvidable.
Patricio Sabaté como Fray Melitone, confirmó todas las virtudes que lo han llevado al lugar en que se encuentra, sin poseer una gran voz, su musicalidad es garantía, y como además es estupendo actor, no extrañó que fuera otro de los triunfadores.
Evelyn Ramírez parece no tener límites, dijo un espectador, y la razón se encuentra en que ella acierta en cada uno de los roles que enfrenta, de hermosa y gran voz, exquisita musicalidad, gran presencia escénica, creó una Preziosilla sensual y dominante con la que deslumbró.
Jaime Mondaca, Paola Rodríguez y Matías Moncada reeditaron muy bien sus roles de Marqués de Calatrava, Curra y Alcalde/Cirujano, mientras que Maestro Trabuco lo hizo ahora con mucha gracia y buena voz Pablo Ortiz.
Una función que encantó a los asistentes quienes valoraron la seriedad de la propuesta.
Gilberto Ponce. (CCA)